Teme al que puede enviarte al infierno. Jesús decía a la multitud “Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; si, os digo, a éste temed” Lucas 12:5. En la muerte debe estar presente la voluntad permisiva de Dios, él es amo y señor de la vida y de la muerte. Para  que se produzca la muerte el alma tiene que ser separada del cuerpo y esto únicamente puede hacerlo Dios, pertenece al ámbito espiritual. Circunstancias como violencia, enfermedades, accidentes, etc.; inducen a la muerte física, pero todo está dentro de los planes de Dios, él está en control absoluto y soberano de toda situación; así mismo, los que logran sobrevivir Dios se los ha permitido (Deuteronomio 32:39). Dios, como juez supremo, es quien decide el destino final de las almas: Cielo o infierno, en respuesta al premio o castigo del desempeño en nuestra vida física, si viviste en Cristo Jesús, agradando a Dios, tendrás el premio, pero si viviste para el mundo, entonces tendrás castigo; el infierno. La muerte física no debería causar temor, a no ser que nuestra vida esté arraigada a este mundo, muchos temen morir porque no han buscado de Dios, viven en pecado. Necesitamos temer a Dios "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová" Proverbios 1:7 éste temor debe estar basado en la confianza de  conocerle y obedecerle a través de su Palabra. Si tu meta está en el reino de los cielos, indudablemente no temerás morir en cualquier momento, pues tenemos la firme esperanza en que Jesús nos salvó, aseguró nuestro destino y estaremos con él por la eternidad (1Juan 5:20). 

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