martes, 29 de marzo de 2022

La guerra por tu mente. Dice en  2 Corintios 10:4-5 RVC Las armas con las que luchamos no son las de este mundo, sino las poderosas armas de Dios, capaces de destruir fortalezas y de desbaratar argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. La batalla por su mente no se pelea en el plano del ingenio o habilidad humana, es una guerra espiritual, porque nuestro enemigo es espiritual. Usted no puede vencer por cuenta propia la carne ni al enemigo, requiere tener “poderosas  armas de Dios” si quiere ganar el conflicto espiritual.  Los blancos principales que deben ser destruidos son las “fortalezas de la mente”, lo cual se refiere a mapas mentales negativos de pensamientos que están grabados, ya sea por costumbres que hacen parte de su vida o por medio de experiencias traumáticas de toda índole que ocurren constantemente. Esas “fortalezas” se revelan en patrones de conducta y temperamento inadecuados, como una mentalidad llena de malos hábitos y desesperanza que hacen que aceptemos como imposible cambiar una vida en esclavitud mental repleta de desorden y pecado que nos alejan del plan de Dios. Tenemos en Cristo Jesús “poderosas armas de Dios”, la presencia del Espíritu Santo, quien nos guía, la Palabra de Dios, útil para destruir o refutar argumentos del humanismo, religiones y la filosofía; también la  oración,  adoración, entre otras. Necesitamos una transformación diaria en la mente para “llevar cautivo todo pensamiento”, es decir sometido “a la obediencia a Cristo”, por eso indica Romanos 12:2 “Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto.”

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