lunes, 31 de octubre de 2022

No temas. El apóstol Juan, estando desterrado en la isla llamada Patmos, tuvo una impactante visión de Jesucristo glorificado (Apoc. 1:10-16), ante la santidad deslumbrante del Señor no pudo permanecer de pie "Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén”. (Apocalipsis 1:17-18) RV1960. Juan necesitaba unas palabras de confianza que animaran su espíritu afligido, de inmediato, sin hacerse esperar el Señor Jesucristo consuela y conforta a su fiel discípulo, colocando su mano derecha sobre la cabeza de Juan en señal de amor y protección diciéndole “No temas”, con estas palabras  disipa el temor del corazón de Juan y de todo aquel que confía en él. Jesús nos ama y es este amor el que nos produce la confianza en el futuro, “en el amor no hay temor” (1 Juan 4:18). También le dijo “Yo soy el primero y el último” él es el Todopoderoso, el mismo Dios del Antiguo Testamento (Isaías 44:6) el único Dios de todos los tiempos, y nos promete que jamás nos abandonará; además le expresa una credencial de su divinidad, venció la muerte “El que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos”  estuvo muerto, resucitó al tercer día, más ahora vive eternamente. Frente a las dificultades, ante la persecución o cualquier otra prueba por la que tengamos que atravesar, lo que nos fortalecerá y mantendrá de pie sin temor será tener claro en nuestra mente y corazón la gloria única e inigualable de nuestro Dios y Señor Jesucristo.

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Ruta de crecimiento "Cumpliendo los sueños" parte II.

Saludo Cumbre C3 2022

martes, 18 de octubre de 2022

Soy del Israel de Dios. Si has creído en Jesucristo para salvación, entonces debes considerarte parte del pueblo de Dios, un verdadero judío israelita, un hijo de Abraham (Génesis 12:1-3) y heredero de las promesas del mesías “En aquel tiempo ustedes estaban sin Cristo, vivían alejados de la ciudadanía de Israel y eran ajenos a los pactos de la promesa; vivían en este mundo sin Dios y sin esperanza. Pero ahora, en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo” Efesios 2:12-13. Esto le decía el apóstol Pablo a los santos y fieles en Cristo que habitaban en Éfeso, ciudad de Lidia, en la costa occidental de Asia Menor, mostrándoles la miserable condición de todos los que somos de procedencia gentil (no judíos) y a la vez nos informa el glorioso cambio que fue operado en ellos y también en nosotros a través del sacrificio de Jesucristo en la cruz. Jesús vino a salvar al “Israel espiritual”, la iglesia, el pueblo de Dios, conformado por judíos y gentiles que aceptan a Jesucristo como Señor y salvador. Lo que realmente importa es lo que se lleva en el corazón, no en el cuerpo, cuando Pablo habla de "Israel" como pueblo escogido de Dios, dice específicamente que por "judío" no quiere significar un judío nacional o étnico, sino una persona  que está convertida de corazón, sea judío o gentil (Romanos 2: 28-29). Requieres aceptar de todo corazón la invitación de Jesús a ser tu salvador, ser completamente fiel y obediente a la Palabra de Dios para que puedas cambiar tu manera de vivir y te conviertas en un “conciudadano de los santos, y miembro de la familia de Dios" (Ef. 2:19), sino no podrás entrar al reino de los cielos. 

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lunes, 10 de octubre de 2022

 Una  gran promesa de JesúsUna vez más les digo, que si en este mundo dos de ustedes se ponen de acuerdo en lo que piden, mi Padre, que está en los cielos, se lo concederá. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo, en medio de ellos." Mateo 18:20 RVC. Poniéndonos  de acuerdo al menos dos o tres para pedir por lo que necesitamos en el nombre de Jesús,  el Padre que está en los cielos contestará, pero hay que tener en cuenta que no siempre nuestra voluntad es la de él, por lo que  puede o no contestar, por eso necesitas conocer la voluntad del Padre para tu vida y orar guiado por el Espíritu Santo, con fe, sinceridad, sencillez, perseverancia y conforme a la voluntad de Dios. El orar en compañía de alguien más tiene un propósito,  no se trata de hacer “chismes” sino de presentar al Padre en oración nuestras necesidades y las de otras personas. Es importante compartir tus alegrías, preocupaciones o angustias con tus hermanos en Cristo, para que juntos puedan orar y alabar a Dios por lo que hizo, hace y hará en nuestras vidas. Acércate a los maduros en la fe. “Allí estoy yo en medio de ellos” promesa que del mismo modo se cumple todos los días cuando hablamos con Dios a solas (Mateo 28:20), igualmente debemos estar seguros de que durante nuestras reuniones Jesucristo esta en medio de nosotros para darnos libertad, sanación y salvación, por lo que hemos de gozarnos cada vez que nos congregamos.

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  El divorcio entre los creyentes. Un día se le acercaron a Jesús los fariseos y le preguntaron para ponerlo a prueba, si le estaba permiti...